Desde hace un tiempo, la tecnología es capaz de brindarnos soluciones rápidas a problemas complejos. En los últimos años, son varias las aplicaciones móviles que han aparecido en el mercado que nos permiten conocer lo beneficiosos o perjudiciales que pueden ser los alimentos para nuestra salud. Lo hacen, simplemente, escaneando el código de barras. Pero ¡ojo!: no todos los sistemas de clasificación nutricional ni todas las apps nos proporcionan la información precisa que vamos buscando. Tienen sus fallas y, por ello, conviene estudiarlos uno a uno.
Si estás buscando una manera fácil de equilibrar tu peso y volver a comer sano tras los excesos navideños, será mejor que “cojas con pinzas” algunas de las recomendaciones que nos dan las apps móviles que leen el etiquetado alimentario. Yuka, MyRealFood y ElCoco son las más conocidas. Se basan en diferentes criterios internacionales y europeos para clasificar los alimentos, como el sistema NutriScore, NOVA, la cantidad de aditivos o si el producto es “eco” o “bio”.
NutriScore

Es el modelo de etiquetado nutricional más utilizado en Europa y ampliamente extendido en España. No sustituye, sino que complementa, al etiquetado nutricional obligatorio situado en la parte posterior del envase. Su uso por parte de fabricantes y distribuidores es totalmente voluntario. Se basa en un semáforo de colores (del verde oscuro al naranja oscuro) y letras (de la A a la E). Tal y como indica la Agencia Española para la Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Consumo, la puntuación para los alimentos se basa en un cálculo en el que se tienen en cuenta la cantidad de componentes cuyo consumo debe promoverse (componentes favorables: frutas y hortalizas, proteínas, fibra, etc.) o limitarse (componentes desfavorables: grasas saturadas, azúcares, sal) por cada 100g o 100 ml de producto.
NOVA
Sistema de clasificación alimentaria según el grado de procesamiento. Fue desarrollado por el Centro de Estudios Epidemiológicos en Salud y Nutrición de la Universidad de São Paulo (Brasil) en 2010. Distingue entre cuatro grupos de alimentos:

- Productos frescos o mínimamente procesados
- Ingredientes culinarios procesados
- Procesados
- Ultraprocesados
La diferencia fundamental entre estos dos últimos es que, mientras los procesados incorporan ingredientes a los alimentos frescos o mínimamente procesados para conseguir una mejor conservación o palatabilidad, en los ultraprocesados no se reconoce el alimento de origen, ya que se elaboran a partir de otros alimentos. Una lata de legumbres o la fruta en almíbar son productos procesados. La bollería industrial, los helados o los refrescos son ultraprocesados.
Desde la Aesan ponen este sistema en cuarentena, ya que según un informe de marzo de 2020 tendría problemas derivados de la definición del concepto “ultra-procesado”. No deja claro qué sucede con los aditivos legalmente autorizados y contraponiéndose a otros sistemas de clasificación como el FoodEx, EPIC o Langual.
Aditivos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) los define como aquellas “sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar su inocuidad, su frescura, su sabor, su textura o su aspecto”. Además, solo justifica su utilización “si responde a una necesidad tecnológica, no induce a error al consumidor y se emplea con una función tecnológica bien definida, como la de conservar la calidad nutricional de los alimentos o mejorar su estabilidad”.
Así, diferencia entre aromatizantes, enzimas, conservantes, edulcorantes y colorantes. La OMS autoriza su uso si el consumo no supone un “riesgo sanitario apreciable” para los consumidores. Para ello es fundamental tener en cuenta la ingesta diaria admisible.
BIO y ECO

Biológicos son aquellos alimentos no alterados genéticamente. Orgánicos serían aquellos en los que no se usan productos químicos, artificiales o pesticidas, pero que sus semillas pueden estar alteradas genéticamente. Ecológicos son aquellos sobre los que no se usan químicos y tampoco se alteran genéticamente.
Estos últimos deben incluir especificaciones requeridas que verifiquen su autenticidad como producto ecológico: desde el logo europeo que hace referencia a estos productos hasta la precedencia de sus materias primas o el nombre de la Autoridad de control que verifica su producción ecológica.
Apps móviles para leer etiquetas inteligentes
Una vez que conocemos los diferentes sistemas de clasificación y nomenclatura específica de los alimentos, podemos comprender mejor cómo funcionan las apps de lectura inteligente de etiquetas.
La aplicación con mayor número de descargas a nivel mundial es Yuka. Su funcionamiento se basa en el escaneo del código de barras de determinado producto, en base a lo cual, y consultando su base de datos que comprende más de 450.000 productos alimenticios, establece si ese producto es bueno, malo, mediocre o excelente. Para ello toma como referencia la escala NutriScore, pero también juzga por aditivos y ofrece alternativas bio al alimento escogido.
My Real Food, por su parte, es una app que utiliza el sistema NOVA para categorizar según el grado de procesamiento y tiene en cuenta los aditivos, ofreciendo, como en el caso de Yuka, alternativas presumiblemente más saludables. ElCoco emplearía tanto NutriScore como NOVA para establecer su propia clasificación.
Aunque estas apps suponen toda una nueva experiencia para el usuario que quiere informarse antes de comprar y elegir así la opción más saludable, no siempre tiene un criterio certero. En algunos casos son cuestionables, como por ejemplo para los aditivos, que encasillan directamente en “malos”, incluso aquellos permitidos por la autoridad europea competente.
Por ello, a la hora de decidir qué alimento compramos en función de si es más o menos sano nutricionalmente hablando, siempre será mejor que apostemos por una dieta equilibrada rica en productos frescos o lo menos procesados posibles. Pero aún conteniendo aditivos o habiendo sido sometidos a procesos de transformación, hemos de puntualizar que no siempre un producto que contenga aditivos ha de ser necesariamente nutricionalmente peor que un producto bio u orgánico.