(Foto: idilia.es)
Uno de los envases más peculiares y característicos dentro del mundo del packaging son los ‘sleeves’. Proviene del inglés y significa, literalmente, ‘manga’. Hace referencia a la tipología de envoltorios usados para proteger, etiquetar y dotar de una estética concreta a determinados envases. Con ella, hemos dejado atrás la etiqueta tradicional impresa que se “pegaba” a la botella, lata o tetra brick en cuestión.
La ventaja fundamental que proporcionan los sleeves es que permiten concentrar toda la información necesaria sobre el producto (nombre, descripción, valor nutricional, ingredientes, datos del fabricante, fecha de consumo preferente y otras informaciones requeridas por las autoridades sanitarias) al tiempo que potencian el diseño. Es habitual verlas en zumos, batidos, aguas…. En resumen, productos envasados en botellas, frascos de cristal o botes que resultarían menos atractivos dando transparencia al producto contenido.
Las mangas “visten” el envase consiguiendo un impacto 360º. Son mucho más versátiles, resistentes y durables que otro tipo de etiquetado y tienen amplias posibilidades de personalización. Es decir, que, si por ejemplo queremos diferenciar varias bebidas dentro de una misma gama, podemos asignar un color a cada sabor, como figura en la imagen de la parte superior.
Constituyen una manera atractiva e innovadora de hacer que un producto destaque en el lineal del supermercado y atrape la atención del cliente. La variedad de diseños -desde minimalistas hasta más elaborados- o las posibilidades en texturas y colores que admite lo convierten un territorio infinito por explorar, donde la creatividad es el principal resorte. Además, es una solución más económica que otros procesos de impresión.
Así es el eslivado
La aplicación de estas mangas se realiza a través de un proceso conocido como ‘eslivado’ que tiene lugar en los túneles de retracción, donde se somete a una corriente de aire caliente o vapor que provoca que se adhiera completamente al envase. Puedes verlo en este vídeo:
Por esta razón, los sleeves también se conocen técnicamente como mangas termoencogibles o termoretráctiles. Pueden utilizarse de distinto modo: para sellar el envase completo (se puede practicar un pre-corte para abrirlo con más facilidad), tapar solo el cuerpo o solo la tapa, o, incluso, solo una parte concreta del cuerpo (por ejemplo, la central).
Aunque su popularidad es bien conocida en el caso de las botellas, cada vez se está aplicando a muchos más productos, desde cosmética a higiene o limpieza y, por supuesto, alimentación.
Aquí tienes algunos ejemplos de sleeves que gestionamos desde Puntes:



Cuando nos enfrentamos a estos diseños, resulta de vital importancia acordarnos de que el film del sleeve va a tomar la forma del envase que envuelve. Algunos de esos envases pueden ser más cilíndricos, pero otros contienen curvas o dimensiones diferentes entre la base y el cuello que pueden provocar un resultado no deseado. Los archivos de Repro que preparamos en Puntes tienen en cuenta las deformaciones previas que debemos aplicar para que en el resultado final no veamos un logo estirado o una imagen del producto deformado.
¿Cómo aplicamos estas deformaciones? En primer lugar creamos en 3D la botella, frasco o envase de que se trate y, a partir de él, adaptamos el diseño del sleeve. Es ahí donde aplicamos las deformaciones o distorsiones que apreciaremos cuando revisemos el diseño en 2D.
Consúltanos: https://puntes.es/3d-mock-ups/